El Perú se ha consolidado como un referente mundial en la producción de arándanos, apoyado en condiciones agroclimáticas privilegiadas, un sector exportador dinámico y una logística que, pese a sus desafíos, ha sabido responder a la creciente demanda internacional. Actualmente, el país supera las 25 mil hectáreas certificadas, distribuidas principalmente a lo largo de la franja costera.
En la campaña 2025/26, estas regiones destacan no solo por su volumen, sino también por la diversidad varietal, con cultivos de Ventura, Biloxi, Sekoya Pop, Mágica y Rocío, cada una aportando de manera estratégica a los envíos nacionales e internacionales. Esta distribución regional refleja la capacidad del sector para adaptarse, diversificar la producción y sostener la competitividad del Perú en los mercados más exigentes del mundo.
Distribución de Hectáreas de Arándanos por región en la Campaña 2025/26
En la campaña 2025/26, la producción de arándanos en Perú se concentra principalmente en la región de La Libertad, que aporta el 44% del total de hectáreas cultivadas. Le siguen Lambayeque con un 26%, Ica con 14% y Lima con 6%. Otras regiones como Ancash, Piura, Moquegua, Arequipa y Cajamarca suman en conjunto 2,713 hectáreas, reforzando la presencia nacional del cultivo.
Retos en el sector arandanero peruano
A pesar del crecimiento sostenido, el sector enfrenta desafíos estructurales y logísticos que pueden afectar la productividad y la competitividad. Entre ellos se encuentran la congestión en puertos y transporte limitado, la presión sobre los recursos hídricos, la variabilidad climática, la necesidad de mano de obra capacitada y la gestión de plagas y enfermedades.
Superar estos obstáculos es esencial para mantener la calidad de la fruta, asegurar el cumplimiento de los estándares internacionales y sostener la expansión del arándano peruano en los mercados globales.
Innovación y tecnología para fortalecer la competitividad
El sector ha respondido a estos desafíos mediante tecnologías avanzadas y mejoras genéticas, incorporando sistemas de riego tecnificado, control de plagas, monitoreo climático y reconversión varietal. Estas estrategias permiten optimizar la productividad, diversificar la oferta y garantizar fruta de calidad exportable, consolidando el liderazgo del Perú en el comercio mundial de arándanos.