Según Andy Levano, ingeniero agrónomo, la producción de fresas enfrenta múltiples desafíos, entre los que destaca una de las amenazas más severas: el moho gris o podredumbre de la fruta, causado por el hongo Botrytis cinerea. Este patógeno es capaz de generar pérdidas significativas, llegando a comprometer hasta el 50% de la producción, lo que lo posiciona como uno de los principales problemas fitosanitarios en el cultivo de fresa.
Características del hongo Botrytis cinerea
Botrytis cinerea es un hongo extremadamente adaptable y puede crecer en una variedad de tejidos de la planta, incluyendo aquellos que ya están dañados, senescentes o muertos. Su versatilidad y resistencia lo hacen especialmente problemático para los productores de fresa. Aunque la infección puede comenzar en cualquier parte del cultivo, es común que afecte flores, hojas y frutos, lo que complica su manejo y control.
Síntomas de la enfermedad en el cultivo
El moho gris presenta varios síntomas distintivos que permiten identificar su presencia en las fresas:
- Infección en flores y hojas: La enfermedad puede comenzar infectando las flores o las hojas que han sufrido algún daño previo, ya sea por condiciones climáticas adversas o por prácticas de manejo inadecuadas. En estos tejidos, el hongo puede permanecer inactivo o latente, pero con el tiempo, cuando las condiciones son favorables, se activa y produce una cubierta aterciopelada gris en las áreas dañadas o necróticas.
- Apariencia en frutos: En la fruta, los primeros síntomas se manifiestan como manchas marrones claras y zonas acuosas. Con el avance de la infección, los tejidos afectados se cubren de una característica capa gris polvorienta, formada por los conidios del hongo, lo que da a la fruta una apariencia blanquecina y momificada.
Factores que favorecen el desarrollo de la enfermedad
El desarrollo de Botrytis cinerea es más agresivo en entornos con condiciones específicas. Factores como la poca ventilación, la falta de luz y una alta humedad relativa son ideales para la propagación del hongo. Los frutos en contacto directo con el suelo o con otros frutos infectados son particularmente susceptibles, lo que incrementa el riesgo de propagación de la enfermedad dentro del campo.
Impacto en la postcosecha
Uno de los aspectos más preocupantes del moho gris es que no solo afecta la fruta durante su crecimiento en el campo, sino que también puede seguir desarrollándose durante el transporte y almacenamiento de las fresas. Esto representa un gran desafío para los exportadores, ya que la enfermedad puede manifestarse después de la cosecha, afectando la calidad del producto y generando pérdidas económicas significativas.