En las últimas dos décadas, las exportaciones mexicanas de arándano fresco registraron un crecimiento exponencial, multiplicándose por 399 hasta alcanzar cerca de 47 mil toneladas en 2024. Este desempeño responde, en primer lugar, a la combinación de condiciones agroclimáticas favorables y sobre todo, la proximidad geográfica a Estados Unidos, su principal mercado de destino. Asimismo, México ha logrado ampliar su presencia comercial hacia algunos mercados de Asia fortaleciendo su posicionamiento internacional.
Retos actuales del arándano mexicano
A pesar del crecimiento de las exportaciones de arándano mexicano, su consolidación en los mercados internacionales enfrenta una serie de retos estructurales y operativos que condicionan su competitividad. Estos desafíos son:
- Alta dependencia del mercado estadounidense: Más del 90% del arándano fresco se dirige a Estados Unidos, lo que expone al sector a riesgos asociados a políticas comerciales, cambios en la demanda y volatilidad del mercado.
- Escasez y encarecimiento de la mano de obra: La creciente competencia por trabajadores estacionales ha incrementado los costos laborales y genera riesgos operativos en la continuidad y oportunidad de las cosechas.
- Limitaciones hídricas y presión ambiental: Regiones productoras como Michoacán y Jalisco enfrentan un uso intensivo del agua, lo que obliga a acelerar la adopción de sistemas de riego más eficientes y soluciones tecnológicas sostenibles.
- Mayores exigencias en certificaciones y trazabilidad: Los estándares internacionales en inocuidad, sostenibilidad y responsabilidad social demandan inversiones significativas, representando un desafío particular para productores medianos y pequeños.
Claves de expansión y fortalecimiento del sector
La cadena productiva y exportadora del arándano en México se encuentra ante un escenario que abre nuevas oportunidades de posicionamiento y crecimiento, particularmente a partir de la ampliación de su base de mercados de destino. El dinamismo del consumo de frutas frescas de alta calidad en regiones como Asia y Medio Oriente está incentivando el ingreso en mercados como Japón, Emiratos Árabes Unidos y China, lo que permite al país diversificar sus envíos y reducir progresivamente la concentración en el mercado estadounidense.
De igual forma, el impulso al valor agregado y a la transformación industrial se perfila como una alternativa estratégica para fortalecer la solidez del sector. El desarrollo de productos como arándanos congelados, jugos y formulaciones nutracéuticas contribuiría a diversificar la canasta exportadora, disminuir la exposición a la venta exclusiva en fresco y amortiguar los efectos de la volatilidad de precios, favoreciendo una estructura de ingresos más estable.
Por último, la modernización genética y el recambio varietal adquieren un rol central dentro del modelo productivo. Los productores están dejando atrás materiales tradicionales para incorporar variedades de mayor rendimiento y mejor desempeño comercial y, en un contexto de competencia creciente con países como Perú y Chile, ajustan de manera estratégica los calendarios de cosecha con el fin de aprovechar mejores ventanas de mercado y optimizar los retornos económicos.
