En las dos últimas décadas, China ha fortalecido su papel como uno de los mercados más dinámicos para la uva de mesa a nivel global. Entre 2005 y 2024, sus importaciones pasaron de 57 mil a más de 109 mil toneladas, reflejando una tendencia constante de expansión que responde a un consumo interno cada vez más exigente. Aunque el país lidera la producción mundial de esta fruta, su propia demanda supera ampliamente la capacidad local de abastecimiento, lo que lo ha convertido en un importador clave durante todo el año. Este equilibrio entre su producción y su consumo lo posiciona como un mercado estratégico para los principales proveedores internacionales.
Evolución de los países proveedores de uva fresca a China
En 2005, China importaba alrededor de 57 mil toneladas de uva fresca, provenientes principalmente de Chile y Estados Unidos, mientras que Nueva Zelanda y Japón participaban con volúmenes menores. En aquel entonces, el mercado chino era incipiente, pero ya mostraba señales del crecimiento que experimentaría en las siguientes dos décadas.
Para 2024, las importaciones alcanzaron 109 mil toneladas, reflejando no solo el aumento de la demanda, sino también una mayor diversificación en el origen de la fruta. Este cambio ha dado lugar a un escenario más competitivo, con la incorporación de nuevos actores y un reparto más equilibrado del mercado.
En la actualidad, siete países concentran la oferta de uva de mesa hacia China. Australia, que inició sus envíos en 2011, lidera las exportaciones. Perú, que comenzó en 2006, ha mostrado un crecimiento sostenido gracias a la expansión de su superficie cultivada, la modernización de sus sistemas productivos y su capacidad para atender ventanas comerciales cuando disminuye la oferta chilena, lo que le ha permitido ocupar el segundo lugar entre los proveedores.
Por su parte, Chile, que lideraba el comercio en 2005, se ubica actualmente en el tercer puesto, seguido de Sudáfrica, cuyo avance desde 2008 se explica por mayores rendimientos y la introducción de nuevas variedades. India ocupa la quinta posición, aprovechando su calendario de cosecha para complementar los periodos de menor producción local. Finalmente, Corea del Sur y Estados Unidos mantienen una presencia estable, aunque con volúmenes moderados.
En conjunto, esta evolución demuestra cómo China ha pasado de depender de unos pocos abastecedores a convertirse en un mercado amplio, diverso y altamente competitivo. La profesionalización de los exportadores y la madurez del consumo chino han impulsado un entorno más equilibrado, abriendo espacio para aquellos países capaces de adaptarse a las nuevas dinámicas del comercio asiático.
Australia: Principal proveedor de uva de mesa a China
En 2011, el país apenas iniciaba sus exportaciones con 515 toneladas, ocupando el sexto lugar entre los proveedores, y para 2024 logró posicionarse como líder del mercado, con 35 mil toneladas enviadas. Este avance se explica por sus condiciones climáticas favorables, la producción en contraestación y su capacidad para abastecer al mercado chino durante los meses de menor oferta local. La variedad Crimson Seedless, reconocida por su color rojo, dulzura y textura crujiente, concentra gran parte de la producción destinada a China, donde la demanda por fruta fresca y de calidad continúa en aumento.
A ello se suma la implementación de políticas y programas que fortalecen la competitividad del sector. En 2024, se renovó por cinco años el proyecto Hort Innovation, liderado por la Australian Table Grape Association y financiado parcialmente por el gobierno australiano. Esta iniciativa busca mejorar la capacidad de la industria para adaptarse a los cambios del comercio internacional, continuando una línea de trabajo que, durante las últimas dos décadas, ha permitido consolidar la presencia australiana en los principales mercados globales, especialmente el chino.
Perú: Tecnología, eficiencia y calidad para conquistar a China
Desde que Perú ingresó al mercado chino en 2006, su participación ha evolucionado, pasando del tercer al segundo lugar entre los principales abastecedores, con 34 mil toneladas exportadas en 2024. Este desempeño se explica por la incorporación de tecnologías modernas en el campo, como sistemas de riego de precisión y vigilancia con drones, que permiten mantener altos estándares de productividad en zonas áridas como Ica, donde se concentra parte de la producción. A ello se suman las condiciones climáticas que permiten obtener fruta de sabor fresco y delicado, altamente valorada por los compradores chinos.
La competitividad peruana también se sustenta en la eficiencia de su cadena logística y de poscosecha. En las plantas empacadoras, el uso de equipos automatizados y sistemas digitales de control garantiza que cada racimo conserve su calidad durante el transporte. Gracias a esta combinación de innovación tecnológica, gestión logística y ventajas climáticas, la uva peruana se ha consolidado como una de las más competitivas dentro del mercado chino.
Chile: Tercer proveedor clave de uva de mesa a China
En 2005, Chile lideraba las exportaciones de uva fresca hacia China, con envíos que alcanzaban las 34 mil toneladas. Sin embargo, para 2024, el volumen se redujo a 30 mil toneladas, ubicando al país en el tercer puesto entre los principales proveedores. Este retroceso refleja los ajustes estructurales y desafíos que ha enfrentado la industria chilena en los últimos años, en un contexto de competencia cada vez más intensa con otros países del hemisferio sur, especialmente Perú, que ha logrado desplazar a Chile gracias a su mayor capacidad de adaptación y expansión productiva.
Existen factores internos que han afectado el desempeño chileno, como la escasez de mano de obra, los impactos de la sequía prolongada y los cambios económicos que encarecen los costos de producción. Además, algunas de las nuevas variedades introducidas no han alcanzado el rendimiento ni la calidad esperada, lo que ha generado ajustes estructurales dentro del sector.









